¡Un martes más, un post más! Y esta vez os traigo todo un clásico, el restaurante Paco Meralgo que se encuentra situado en la calle Muntaner número 171, entre Córcega y París. En concreto, se trata de una taberna, pero no una cualquiera si no la taberna por excelencia de la ciudad de Barcelona y tanto es así que es nombrada La Alta Taberna Paco Meralgo. Su llegada se remonta en el año 2002, cuando se instaló en el antiguo local del restaurante L'Olivé el cual transformaron al completo para dar lugar a un sitio nuevo, moderno, simple y muy encantador.
En concreto, el restaurante se caracteriza por tener una decoración minimalista con mesas elevadas y taburetes a su altura. Además, ofrece dos barras con distintos expositores de marisco y dos accesos independientes. Un espacio con aire agradable y ambientado. Eso sí, se trata de un local muy estrecho donde circular se hace un poco difícil, sobre todo con la gran cantidad de camareros que van de arriba a bajo todo el rato. Así pues, no es de extrañar que al llegar te encuentres que compartes mesa con otros comensales. Una experiencia distinta pero muy recomendable.
Su oferta gastronómica se centra en tapas, medias raciones y raciones elaboradas. Todas ellas elaboradas siempre con los productos de mayor calidad y los más frescos del mercado. Sin duda, calidad y exquisitez en su máximo nivel. Se trata de opciones y montaditos preparados al momento para que los clientes pueden degustarlos con todo su sabor. Sin olvidar, claro está, su gran oferta de vinos.
Aunque todos sus platillos son exquisitos, las opciones must try son sin duda la tortilla abierta de gamba fresca; la Bomba Paco Meralgo y la "burratina" con tomates y pesto. Sin dejar de lado el tartar de salmón fresco con soja y el pulpo de roca con cebolla confitada. Además, en el mediodía ofrecen una gran variedad de arroces para todos los gustos: de carne, de verduras, de pescado, etc. Unas paellas que son una verdadera delicia.
Y como no podía ser menos, también dispone de una carta de postres con propuestas deliciosas. Para los más golosos de la casa y para aquellos que han dejado un generoso hueco para los dulces, las opciones más recomendables son la torrija y la mousse de maracuyá. Y para aquellos que están muy llenos y solo les queda un espacio pequeñito, el sorbete de limón o la piña natural son dos opciones perfectas.
Un restaurante con una oferta de gran calidad, sin embargo, lo bueno se paga caro. El precio medio suele estar entre los 35-40€ por persona. Sin embargo, merece la pena pagarlos por su amable y atento servicio y sobre todo, por su magnífica oferta gastronómica.
G A L E R I A
