Un local situado en la calle de Sant Pere Más Alto de la Ciutat Vella y que conecta con la Calle Trafalgar por el Pasaje de las Manufacturas, sólo podía traer el atributo de Passage en el nombre. Pues sí, se trata del Flax and Kale Passage, un restaurante que aterrizó en la ciudad de Barcelona el noviembre pasado y que se ha configurado como la tercera sucursal de los restaurantes flexitarianos más famosos de la ciudad. La cocinera lleidatana, Teresa Carles, es la creadora de todos ellos.
Sólo de entrar se puede apreciar el ambiente de tranquilidad que desprende el local. Luces de baja intensidad combinan con un techo alto, zonas reservadas para reuniones íntimas, mesas con unos focos más potentes y una cocina de vidrios transparentes desde los cuales puedes observar como la chef lleidatana combina alimentos para elaborar nuevas recetas. Sin duda, te olvidas por un rato de la estresante vida de la ciudad para adentrarte hacia una visita por los 5 continentes. Y no es de extrañar dado que para elaborar la carta viajaron en todo el mundo en busca de nuevos sabores y texturas, creando un menú único y muy particular. Las novedades Gluten Free Healthy Pizzas, Healthy Asian Fusion Cuisine y Kombucha Lab, entre otras.
Así pues, el requisito indispensable para ir a probar los platos que ofrece el restaurante es tener la mente abierta a probar cualquier cosa, puesto que fácilmente te puedes encontrar que sólo conozcas uno de los cinco ingredientes que forman la opción escogida. Las spicy kale chips parecen de todo menos picantes y la guayaba a la parrilla estaba compuesta por una mezcla de ingredientes un tanto curiosa pero sorprendentemente deliciosa. El salmon sushi sandwich muy corriente pero la pizza plant based y gluteen free de truffle & funghi indudablemente te roba el corazón. Su aspecto extremadamente formal hace que pongas en entredicho que realmente sea uno de los platos estrella del restaurante pero una vez la pruebas deseas que no se acabe nunca. Muy recomendable también la coconut savoury yaghourt formado por hummus, garbanzos, crunchy, chips de verduras, nachos caseros de maíz nixtamilizado y aguacate. Un entrante que te deja un buen sabor de boca tanto por su original presentación como por su gusto.
Finalmente, llegó el momento más esperado de la velada, los postres. Aposté por el toasted hezelnuts formado por helado de avellanas acompañado de mango, uvas, avellanas y nibs de cacao raw con princesa de bello-lugar como indulgente (que no es nada más que una galleta de chocolate vegana). Para ponernos en contexto, se trata de un helado libre de azúcares refinados y lácteos, de grasas de origen animal y gluten, elaborado de forma casera y artesanal. Que más podemos pedir? Con la llegada inminente del verano nunca había sido tan fácil cumplir con la operación biquini. El banquete no podía haber acabado de mejor manera que con un delicioso helado que enamora más a cada cucharada.
El servicio muy atento en todo momento, sobre todo al mantener siempre el vaso lleno de los clientes y la mesa sin platos vacíos. La rapidez en que los camareros sirven y limpian sorprende gratamente. Aún así, el precio mediano de la carta oscila entre los 20-25€ y no dispone de menú del día, cosa que limita considerablemente su público. Un restaurante, pero, que no sólo es apto para flexitarianos, sino que está abierto a todo tipo de persona. Aún así, los nombres estrepitosos que forman parte de la carta pueden echar atrás a muchas personas, sobretodos a aquellas más tradicionales y de mayor edad que no están acostumbrados a un tipo de cocina moderno. Pero precisamente el objetivo de la apertura del Flax and Kale Passage es animar a todo el mundo a probar productos de todo el mundo, fuera de su horizonte temporal para poder disfrutar de ingredientes que se encuentran a kilómetros de aquí sin necesidad de moverse de casa, como aquel quien dice.
G A L E R I A
